Las
joyas se han convertido en la mayoría de ocasiones en pruebas de amor,
de gentileza de hombres a mujeres y ahora más a menudo, de mujeres a
hombres.
Desde la discreción más absoluta las joyerías procuran que eso sea una realidad.
Pero
no sólo son pruebas de amor sino, de buen gusto de aquellos que las
lucen o las adquieren. Son piezas clave para ornamentar vestidos,
trajes, corbatas, camisas...
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el complemento perfecto para cada ocasión es parte del trabajo del
joyero si el cliente se pierde entre tanta piedra preciosa, perla, oro,
plata, platino,...
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