domingo, 12 de febrero de 2012

DE PROFESIÓN: JOYERO/A

Las joyas se han convertido en la mayoría de ocasiones en pruebas de amor, de gentileza de hombres a mujeres y ahora más a menudo, de mujeres a hombres.
Desde la discreción más absoluta las joyerías procuran que eso sea una realidad.
Pero no sólo son pruebas de amor sino, de buen gusto de aquellos que las lucen o las adquieren. Son piezas clave para ornamentar vestidos, trajes, corbatas, camisas...

Buscar el complemento perfecto para cada ocasión es parte del trabajo del joyero si el cliente se pierde entre tanta piedra preciosa, perla, oro, plata, platino,...

Debemos tener la preparación adecuada y suficiente en las mínimas normas de Protocolo Social, ser un especialista en Personal Shopper, ser un preciso estilista, un perfecto psicólogo, un buen intérprete y un perfecto anfitrión. Esas son las claves de nuestros joyeros.

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